JULIANA
ROBLEDO, DE ACTRIZ A REINA Y EN EL SENTIDO CONTRARIO
La
ex reina bogotana es una de las actrices revelación del 2013 gracias a Paola,
su personaje en La Prepago, una joven que hasta el capítulo final de la serie
luchará por el amor del protagonista.
La historia
de Juliana Robledo parece contada al revés: fue primero actriz antes que reina,
algo distinto al camino que se ve generalmente en los medios de comunicación.
La bogotana,
quien representó a su ciudad en el Concurso Nacional de Belleza en el 2009,
antes de tener la corona de la capital puesta, estudió en Buenos Aires,
Actuación y Dirección de Artes Escénicas. Ese era el camino definido para su
vida. “Luego de salir del colegio, tomé un taller con Jorge Plata, que es uno
de los fundadores del Teatro Libre, y gracias a eso confirmé que quería ser
actriz y me quería seguir formando para eso”, asegura Robledo.
Pese a que
viene de familia real, su tía María Elena Reyes fue a Miss Universo en 1976, en
su época de estudiante de actuación Juliana era la antítesis de las reinas: era
una flaca –lo ha sido toda su vida- de jeans, mochila y trenzas, algo medio
hippie, como ella misma afirma. Pero luego de su paso por Argentina regresó a
Colombia, y se presentó la oportunidad del reinado. Por consejo de sus papás,
se inscribió en un concurso para elegir a la Señorita Bogotá y pese a sus pocas
pretensiones, se lo ganó.
Luego del
año de la elección comenzó su carrera en el modelaje. Durante tres años estuvo
en importantes pasarelas como por ejemplo la del diseñador Óscar de la Renta,
fue imagen de marcas internacionales y portada de revistas de moda.
Sin
embargo en 2012 decidió volver a sus orígenes, la actuación. Comenzó a
presentar distintos castings dentro de los que estuvo el de Paola Cabal, un
personaje para ‘La Prepago’ que tenía como similitudes con ella que era ex
reina y modelo.
“El primer
casting que hice para la serie fue horrible. Me muero de los nervios
presentando este tipo de pruebas. Pero me llamaron para una segunda prueba, y
pensé que si me habían dado esta nueva oportunidad era porque algo bueno vieron
en mí. Me preparé y logré obtener el papel”, cuenta Juliana sobre cómo llegó a
ser Paola, un personaje que le ha traído buenos comentarios por parte de
expertos y también del público en general. “Me encanta cuando me dicen que
Paola es muy intensa y un poco mala”.
Sobre esta,
su primera experiencia en televisión, su relación con sus compañeros de set, el
futuro de su personaje en la recta final de la serie, sobre el fenómeno de las
prepago en el modelaje o los reinados, y hasta de cómo ve a Bogotá, habló la
actriz Juliana Robledo.
“EL TEMA DE LAS PREPAGO SÍ TOCA ESTOS MUNDOS (MODELAJE, REINADOS). ES ALGO
QUE NO SE PUEDE NEGAR, NI TAPAR”.
¿Qué
significó este personaje con el que se estrenó en la televisión?
Lo he dicho
muchas veces, me encantó haber participado en este proyecto y tener la
oportunidad de arrancar desde acá. Digamos que todas las actrices deseamos siempre
hacer un personaje antagónico porque te permite desarrollar muchas cosas. En
este caso los celos de una persona, su manera de utilizar armas de seducción
para conquistar a un hombre y no desfallecer hasta lograrlo.
Al igual que
usted, la protagonista Lilo De la Vega también llega a la televisión con esta
producción. ¿Se apoyaron en este proceso?
La primera
vez que me la encontré le dije: ‘Lilo me quito el sombrero porque para ser la
primera vez te arriesgaste con un personaje que compromete demasiado y que
exige mucho nivel’. Ambas estuvimos aprendiendo desde la inexperiencia de no
haber hecho nada en TV, llenas de miedos, pero sí apoyándonos en todo este
proceso.
Así mismo,
compartió escenas con un actor reconocido como Andrés Sandoval. ¿Cómo fue
trabajar con él?
Es una
persona que es muy joven, pero con una amplia experiencia y que está lleno de
conocimientos. Comparte siempre la mejor energía todo el tiempo y tiene actitud
súper relajada que lo permea y lo tranquiliza a uno.
Paola ha
luchado toda la serie por David y parece haber por fin logrado su amor. ¿Así
es?
Paola hará
hasta lo imposible por atrapar a David. Es una mujer de armas tomar, pero sólo
hasta el final se verá si lo logra o no, y si será feliz con él
En el mundo
en qué usted se ha movido como el de los reinados o el modelaje se ve el
fenómeno de las prepago. ¿En algún momento supo de alguien, le tocó el tema o
le hicieron propuestas indecentes?
El tema de
las prepago sí toca estos mundos. Es algo que no se puede negar, ni tapar. Pero
por lo menos las niñas que yo conozco, con las que trabajo, no sospecho que
ninguna sea prepago. Son niñas muy disciplinadas, que buscan conseguir las
cosas desde el esfuerzo propio. Si las hay en mi entorno, no me he dado cuenta,
o sea que manejan un doble vida con mucho disimulo. Propuestas indecentes
tampoco me han hecho.
¿La belleza
hasta qué punto se puede utilizar para el beneficio propio?
Las mujeres
por naturaleza somos coquetas, unas más que otras. Utilizamos la belleza para
atraer o conquistar. Eso es válido, pero hasta dónde llega uno tiene que ver
con los parámetros éticos y morales que te inculcaron. En mi caso yo recibí una
formación muy orientada hacia hacer lo correcto y hacia el respeto por los
demás. Así que por mi cuenta, nunca consideraría la opción.
¿Qué
personajes le gustaría interpretar a futuro?
Personajes
complejos que no son fáciles de descifrar en primera instancia. Que por eso el
público puede odiarlos o amarlos. No necesariamente tienen que ser antagónicos,
sino personajes que estén llenos de matices como los seres humanos reales.
¿Qué le queda de reina?
Me queda el
tema social. Me gusta trabajar por la niñez. Tengo buena energía con esto y me
gusta mucho ese compartir. Después del Concurso Nacional de Belleza, he participado
en varias jornadas a favor de niños y mujeres cabeza de familia. Actualmente
para una guion que estoy escribiendo, estoy haciendo una investigación sobre
mujeres que han tenido que afrontar situaciones muy difíciles y que han tenido
que salir adelante con eso.
Ya no como reina, sino como una ciudadana más,
¿cómo ve a Bogotá?
Bogotá me
tiene muy desanimada. Cuando niña tuve la oportunidad de vivir una ciudad muy
chévere, llena de civismo, con gente interesada por cuidar la ciudad y por la
cultura. Hoy en día es una capital desordenada, insegura, con un tráfico
complicado y muy costosa para lo que está ofreciendo. Es lamentable que alguien
que la representó lo tenga que decir, pero es lo que veo. Creo que a los
bogotanos y todos los que vivimos acá nos toca despertarnos, organizarnos,
cuidar nuestra ciudad, sentirnos orgullosos de ella
y exigir que se trabaje por su beneficio.
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