lunes, 11 de noviembre de 2013

JUAN SEBASTIÁN CALERO, EN LA PSIQUIS DE LOS MALOS

JUAN SEBASTIÁN CALERO, EN LA PSIQUIS DE LOS MALOS


Con su interpretación de Gonzalo Rodríguez Gacha, el actor Juan Sebastián Calero demuestra una vez más su talento y en especial su habilidad para encarnar personajes que reflejan el lado más oscuro del ser humano.

Cuando el jefe de casting de ‘Alias El mexicano’ llamó a Juan Sebastián Calero para hacer audición del personaje de Gonzalo Rodríguez Gacha, algunos lo tildaron de loco, todo porque este actor físicamente es muy diferente al narcotraficante: es rubio con una incipiente calva, tiene ojos azules, aunque muy pocos lo perciben a primera vista, y no es tan gordo como el mafioso.

No obstante, en su casting este bogotano demostró su talento y se quedó con el papel, superando a algunos de sus colegas más reconocidos del país. Actualmente, pocos días después de que la serie ‘Alias El Mexicano’ se estrenara en el Canal RCN, Calero sorprende con su interpretación y nadie duda que él era el indicado para encarnar a este personaje.

Un campesino ambicioso, cruel, sanguinario y astuto; esas fueron las características principales que le dio Juan Sebastián Calero al Rodríguez Gacha que interpreta, y así logro recrear un personaje que transmite maldad con sólo mirar.

Es cierto que el protagónico en ‘Alias El mexicano’ no es el primer malo o antagonista que hace Juan Sebastián en su carrera. Es más, al menos en televisión, casi siempre ha realizado este tipo de personajes. En broma, el actor afirma que puede ser porque tiene cara de bandido, pero esto tal vez se deba a la interpretación con la que se dio a conocer: Ricardo Castro en ‘Pandillas, Guerra y Paz’. En dos temporadas diferentes, la primera de 1999 a 2004  y la segunda en 2009, encarnó este joven que soñaba con ser doctor, pero que se dejó seducir por el mal camino al punto de convertirse en un temible delincuente. Su actuación fue contundente y por eso en 2004 recibió un premio TVyNovelas en la categoría mejor actor protagónico.

A partir de ese momento el historial de malos de Juan Sebastián Calero en la televisión es amplio: en ‘El Capo’ fue el Fiscal Grisales, un funcionario corrupto; en ‘Amor sincero’ le dio vida a Álex Restrepo, un hombre mujeriego, atrevido, tomador y que siempre estaba involucrado en negocios turbios; recientemente en ‘Comando Élite’ fue ‘La Gringa’, el lugarteniente y mano derecha de ‘Los Mellizos’. La lista es más larga e incluye otros personajes que tienen en común que muestran la parte más oscura del ser humano.     

En medio de tanto malo, este bogotano dice que Rodríguez Gacha es el personaje más temible que ha hecho. De cómo hizo para meterse en la psiquis de ‘Alias El mexicano’, de si representar este tipo de roles afecta su vida personal, de lo que puede concluir de la maldad del ser humano, y hasta de si siente presión por ser hijo de los reconocidos actores Vicky Hernández y Gerardo Calero, habló Juan Sebastián Calero en este entrevista.      

ENTREVISTA: SIEMPRE RESULTA IMPACTANTE VER EL GRADO DE CRUELDAD QUE TIENE ESTA GENTE PARA LOGRAR SUS COMETIDOS”.

¿Cómo ha sido este reto de interpretar a Gonzalo Rodríguez Gacha?
Ha sido una experiencia muy enriquecedora, linda, honda, dura. A lo largo de estos meses que he grabado, sí queda una sensación de que se ha tratado de hacer un trabajo, de todos, dentro del cual se busque no sólo lograr una buena producción, sino que se invite a una reflexión.

¿Qué fue lo primero que intentó apropiarse del personaje?
Hay varias cosas. Inicialmente se tatar de vislumbrar cosas muy representativas del carácter, de la forma de ser, esas cosas que conforman su personalidad hasta de cosas más básicas, como por ejemplo cómo se podía parar,  cómo era su actitud. Pero también a veces, sobre un personaje que existe, uno trata de tener una mirada a eso que no está en la superficie.

¿Qué tanto se atrevió a crear en este personaje?

Es importante recordar, que esto surge de una investigación profunda de Gerardo Reyes y unos libretos muy cuidados de Mauricio Navas, Catalina Palomino y Gustavo Salcedo. Eso delimita cosas que tienen que estar implícitas en el personaje y que son determinantes. Teniendo esa información en cuenta, también hay cosas que hacen parte del imaginario, que siempre estará presente en la elaboración de cualquier personaje. De cómo podría ser el personaje en cosas de su intimidad, de su día a día, cosas de las que difícilmente se consigue información. Además como de Rodríguez Gacha no hay tanto material fotográfico o en video, eso me dio la posibilidad de crear más desde el imaginario. En esa mezcla de lo escrito, lo que se investiga, y del imaginario, se va encaminando el personaje.

¿Cómo fue la caracterización de Rodríguez Gacha?
Desde los rasgos de la cara hasta su corpulencia, yo no soy la persona más parecida en su fisionomía a Rodríguez Gacha. Eso podría ser un punto que no era a favor, pero el departamento de vestuario y maquillaje hizo una propuesta que me fue muy grata. Yo llegaba a grabar y cuando me maquillaban y me vestían, me sentía diferente, sentía que era otro, alguien muy cercano a ‘Alias El mexicano’. Eso fue vital para interpretarlo.

¿Desde el principio se pactó con el director que la forma de hablar, los gestos, tics del personaje tenían que hacer parte de la interpretación?
Si se hace un personaje que existe, me parece interesante tratar de que eso también haga parte del personaje. Tampoco es una radiografía de Rodríguez Gacha, porque yo no soy un imitador, aunque me gustaría tener esa habilidad. Tratar de buscar una manera de hablar del personaje me parece importante, y si se parece al de la persona real, pues mejor. En las primeras grabaciones esa forma de hablar, sus gestos, a veces se sentía que me salían bien, a veces no. Es algo que va fluyendo en la medida que se hacen las escenas, es un proceso.

¿Qué le parece que series como esta se toquen desde el lado de las víctimas?
Creo que es interesante mostrar el lado de las víctimas, mostrar esa lucha de quienes no se vendieron al negocio del narcotráfico. La objetividad en este tipo de series es difícil de tener. Hay un apasionamiento desde cualquier punto de vista del que se toque, y en esta ocasión creo que se intentó con éxito hacer énfasis en las víctimas. 

¿Cómo fue compartir con el elenco de esta producción?
La gente que participó, actores y también los técnicos, todo tuvieron un gran compromiso con el proyecto. Creo que fui muy afortunado en hacer parte de este equipo. En ese sentido, fue una experiencia reveladora y gratificante. En el elenco tuvimos una muy buena mezcla de actores talentosos, tanto de algunos que llevan muchos años y tienen una gran experiencia, o de nuevas talentos que tienen todas las ganas de hacer un buen trabajo.

¿Qué fue lo que descubrió de Rodríguez Gacha que más le impactó?
No es una revelación muchas de las cosas que se muestran, porque tenemos una idea de lo que ocurren dentro del mundo de la mafia, y las cosas que tienen que hacer estas personas para mantenerse o ascender. Sin embargo, siempre resulta impactante ver el grado de crueldad que tiene esta gente para lograr sus cometidos.

¿Se atrevió a pedirle consejos a sus papás, Gerardo Calero y Vicky Hernández, para lograr esta interpretación?
No me atrevo (risas). Obviamente al estar todos implícitos en la cuestión es un tema que está. Yo no solicito tanto los consejos pero a veces me los dan. Mi mamá suele a veces referirse a cosas que me parecen que son de gran valía a la hora de abarcar cualquier trabajo. Pero es algo bien informal, nunca no sentamos a repasar una escena o algo de tener ese carácter.

¿Siente la presión de ser hijo de dos grandes actores?
A lo mejor. Eso siempre hará parte del inconsciente o algo parecido, pero yo trato de no estar pendiente de eso y hacer mi trabajo con ganas y me exijo siempre. Creo que uno debe tratar de tener cierta autonomía y es algo que yo estoy tratando de labrarme. La pregunta sobre mis papás es algo obligado en las entrevistas y no me molesta, porque además estoy orgulloso de ser su hijo y en gran parte, gracias a ellos soy actor. 

Las jornadas de grabación son muy exigentes y casi que está 24/7 en la piel del personaje. ¿Esto le afecta su vida? Le es fácil desprenderse del personaje?
Hay gente que tiene una capacidad asombrosa en hacer un click entre su vida y la del personaje. Para mí es difícil. Sí creo que pueda afectar la psiquis, sin que esto quiera decir que uno se vuelva loco o pierda la proporción de las cosas. Al hacer algunas escenas pesadas o fuertes, de mucha carga emocional, si me pasaba que me afectaba en mi ánimo y  me iba a la casa con el ánimo trastocado.

Al realizar varios personajes de malo, ¿qué puede concluir sobre esta característica del ser humano?
Creo que la maldad puede ser un rasgo inherente a la naturaleza humana, pero también creo que a veces está estrictamente relacionado con lo circunstancial. Es una mezcla. La mayoría de esta clase de personas ha tenido entornos, vidas difíciles, aunque no quiero justificarlos. Por ejemplo, yo no creo que Gacha hubiera optado por hacer algo por sentir la satisfacción, sino que también eran cosas que le tocaban hacer en ese mundo. Pero cuando se vengaba de sus enemigos de forma sanguinaria o mataba personas inocentes, ese rasgo cruel de su naturaleza también salía a flote.

¿Por qué cree que ha hecho tantos personajes oscuros y con esa maldad pronunciada?
Porque tengo pinta de bandido (risas). Mentira. Creo que es común en estos trabajos. Hay oportunidades en que los actores los perfilan a una clase de personaje y si eso funciona, se tiende a repitir. Sin embargo, hay excepciones a la regla, y en momentos hay actores que logran cambiar esto cuando les dan la oportunidad de hacer otro tipo de personajes. Hay otros que definitivamente no se atreven a explorar.

¿Qué personaje le gustaría hacer?

Se me vienen muchas cosas a la cabeza. Me gustaría hacer un payaso, lo digo porque sería interesante sobre todo, un personaje que se desenvuelva en un universo distinto a los que he venido haciendo, no porque no me sienta complacido con este tipo de personajes por los que me recuerdan, sino porque sería una buena oportunidad para mostrar algo distinto. También quiero hacer cine, del bueno, donde el argumento funcione y personajes sean interesantes, que es el fin de todas las películas, pero que no todas las veces se logra. 

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