martes, 15 de octubre de 2013

ÁLVARO RODRÍGUEZ, UN ACTOR QUE NO NECESITA PRESENTACIÓN


ÁLVARO RODRÍGUEZ, UN ACTOR QUE NO NECESITA PRESENTACIÓN


Con más de cuarenta años de carrera en teatro, cine y televisión, este actor es ejemplo de cómo se deben asumir los personajes y qué se debe buscar con la interpretación, tal como lo hizo en ‘Comando Élite’ donde interpreta a ‘Martín Sombra’


Álvaro Rodríguez es uno de esos actores que llegó al nivel en el que puede escoger los proyectos que desea hacer. Con más de cuarenta años de experiencia en el mundo de la actuación, nadie duda de su talento y disciplina, y todos lo quisieran tener en una de sus producciones. Por esa razón, continuamente está alternando entre teatro, cine y televisión.

Curiosamente para el público su nombre no tiene mucha recordación, pero sus personajes sí: -el abogado de ‘hasta que la plata nos separe’ era un conchudo. –No olvido su carcajada en ‘La gente de la universal’.–Siempre lo veía en ‘sabor a limón’. –Su personaje en ‘Fuego Verde’ era muy divertido. –Lo veo a usted y me llega a la memoria ‘Golpe de estadio’. Comentarios como esos recibe a diario en la calle, lo que indica que algo han dejado sus interpretaciones en el espectador.

Ahora recientemente lo reconocen por su participación en ‘Comando Élite’, la nueva producción del Canal RCN, en donde encarna a Martín Sombra, el temido ‘carcelero de las Farc’.

“Los personajes son conflicto, porque los seres humanos somos conflictivos. Todos somos ‘chucha, caspa y pecueca’, todos somos sensibles a situaciones adversas. Si uno encuentra a su compañera con otro, o algún otro tipo de situación, uno puede llegar a niveles de hasta agredir. O sea, un ataque de celos lo puede volver un homicida. Por eso, no hay que juzgar los personajes, sino buscar sus motivaciones”, asegura Rodríguez, sobre representar a una persona de la vida real, al que se le relaciona con más de 300 víctimas mortales.  

Es así como este hombre nacido en Sevilla, Valle del Cauca, afirma que interpretar este personaje le costó tanto como cualquiera de los que ha hecho, porque en suma lo que busca es que sus actuaciones sean reales. “Hay personajes que nada tienen que ver con uno, entonces uno le busca la comba el palo. Hay que lograr que el corazón le palpite. Entre más facetas tenga el personaje, entre más humano sea, más complejo es de realizar, más posibilidades de que sea poético que es su propósito último”.

Con este personaje Álvaro Rodríguez vuelve a la televisión de la mano de la persona que curiosamente lo metió en este medio: Jorge Alí Triana. Era la década de los ochenta; Rodríguez tenía una carrera como actor de teatro en el Grupo de La Candelaria, con el que había viajado por varios países de todo el mundo. Sin embargo, la televisión no le interesaba, no porque no quisiera, sino porque no había aparecido la oportunidad, esa que le dio Jorge Alí para que participara en la serie cultural ‘Revivamos nuestra historia’.

Treinta años después, puede decir que ha participado en más de cincuenta producciones de televisión y en la gran mayoría de películas que se han hecho en el país. Sin embargo, humildad le sobra, y los nuevos proyectos los asume con la misma disciplina con los que participó en los primeros. Por esa razón, conocedores del tema lo catalogan entre los mejores actores del país.

Sobre las razones por las que se convirtió en ‘Martín Sombra’, de cómo fue encarnarlo, y hasta de las cosas que lo puso a reflexionar al personaje, cuenta Álvaro Rodríguez en esta entrevista.

“ANALIZO BASTANTE LA CONDICIÓN DEL SER HUMANO. ME PREGUNTÓ POR QUÉ EL SER HUMANO ES TAN DEPREDADOR, PORQUE LLEGAMOS A ESOS NIVELES, EN QUE NOS GUSTE LA GUERRA”.

¿Por qué decide hacer este personaje?
Jorge Alí y Rodrigo Triana son un sello de garantía. Hemos trabajado en varios proyectos juntos y nos conocemos mutuamente muy bien, sabemos lo que cada uno puede dar de sí mismo. Me llamaron a hacer el casting. Tuve una información mínima, más unas pautas muy específicas, con lo que Rodrigo y Jorge querían. Les gustó mi propuesta y a partir de ahí comenzó todo este proceso de creación de los que están viendo al aire. 

Precisamente, ¿cómo fue la creación de este personaje, Martín Sombra, quien  actualmente está en cárcel?
Partí del texto de Germán Castro Caicedo (Objetivo Cuatro), pero también de toda la información que había por internet, las entrevistas, los audios, los videos, busqué al máximo. También en lo que yo recordaba del contexto histórico, de los tiempos de los diálogos de paz en esa época, de la selva, del ambiente. Fue muy interesante porque llegué al punto de preguntarme si era necesario conocer al verdadero Martín Sombra, ir a la cárcel y pedir una visita. Hablé con Jorge Alí, y me dijo que no creía que fuera indispensable porque yo ya tenía mucha información, pero que si lo considerar necesario lo hiciera. Al final decidí no hacerlo, y basar mi interpretación en lo que investigué y las pautas de dirección.

Según su investigación y como quedó finalmente el personaje, ¿cómo describe a Martín Sombra?
Es un campesino, que tiene la formación guerrillera desde niño, desde los 12 años. Antes, a los 9, le habían asesinado a la familia. Creció bajo ese contexto y no tiene otra fuente de información más que esa, sobre cómo es el país. Es un tipo muy ambiguo. Puede ser gentil y seductor con las limitaciones de ser en la selva, pero también despiadado y cruel. También a través de él, se muestra las contradicciones que hay en la guerrilla y los conflictos que hay dentro de esta, entre los que están a favor del narcotráfico y los que no.

¿Qué propuso para el personaje que no se mostrará dentro de la investigación que realizó? 
Propuse la parte de los refranes, los dichos, los adagios populares, que de alguna manera son expresiones que tienen muchas posibilidades de connotaciones, y son muy del campo, cómo es él. También la parte psicológica que uno intuía. Me dejaron jugar con eso. Se indagó mucho, por todos los lados. Inicialmente yo intenté imitarle la voz. Él la tiene muy delgada, pero entonces no funcionó porque se veía como chistoso. Entonces decidimos hacerlo normalmente con sus motivaciones que ya teníamos definidas, y que es lo más importante.

Varios de sus personajes se caracterizan por incluir mucho humor. A un personaje de este tipo, ¿intentó incluirle esta característica?
El humor en nuestra cultura es muy importante. La mamadera de gallo, el burlarnos de todo, de nosotros mismo, es muy inherente a nuestra cultura. Así mismo, todo personaje puede tener humor, la cuestión es eso cómo corresponda eso al universo complejo que es el personaje, que no sea un añadido gratuito, el chiste por el chiste, sino que el humor ayude a revelar cómo es el personaje. No sé hasta qué punto pueda producir hilaridad, pero los refranes la podrían producir. Me han dicho que el personaje puede producir una risa que da miedo, como que de lo peligroso que es lo obliga a uno a sonreír.

Como actor, ¿la creación de un personaje de este tipo es diferente a la de otro? 
En todos estos años, lo que uno se da cuenta es que un personaje es una amalgama de sentimientos impresionante. Teorías hay múltiples, lo ideal es leer todas las que se puedan, y adquirir su manera. Normas fijas para hacer un personaje no existen. Si yo tuviera la receta para hacer los personajes, los haría todos y no me costarían tanto. Yo no creo que nadie la tenga, y si lo hacen, sospecho. Y si lo muestran como algo fácil, desconfío. También todo depende del director: uno tiene una forma de llegar al personaje, pero el director te puede llevar a vivirlos de una manera distinta.

¿Qué tanto lo pone a reflexionar un personaje como Martín Sombra?
Analizo bastante la condición del ser humano. Me preguntó por qué el ser humano es tan depredador, porque llegamos a esos niveles, en que nos guste la guerra, nos guste aprender a hacer armas, a utilizarlas para matar por una divergencia o un interés. Me pregunto por qué llegamos a encerrar a gente en un alambrado, por qué el ser humano llega unos valores tan bajos. Además, de las razones por las que en Colombia tendemos hacia eso más que en otros lados. Son muchas preguntas, muchas que no entiendo y de las que lastimosamente no tengo las respuestas.

Usted ha tenido la posibilidad de actuar en cine, televisión y teatro, ¿Qué tan distinto es hacerlo en cada uno de estos lenguajes? 
Hay que tener claro que son tres disciplinas distintas, cada una con sus características propias. El cine y el teatro son más sintéticos pero más profundos. Allí se cuenta una historia en una hora y media, en la televisión en varios capítulos. La actuación que es el común denominador de estos tres lenguajes también varía. Cambiar de un medio al otro implica dificultades y exigencias, pero es algo grato de hacer, y creo que como actor se debe experimentar en eso. Por formación teatral soy muy expresionista, amplio muchos los gestos, miro como con todo el cuerpo. Eso en televisión, y a veces en el cine, no sé ve bien. La gente cree que actuar en televisión es más fácil, pero transmitir a través de una cámara, comportarse para ésta, exige muchísimo. Personalmente me gusta más el teatro y el cine, sobre todo porque a veces se me hace la televisión muy acelerada. En especial sucede que a mí me cuesta mucho coger los personajes, me toca auscultarlos muchos. Pero hay gente que si la logra de una.

¿Qué proyectos tiene a futuro?
Sigo con mi teatro, con mi grupo ‘Teatro estudio Alcaraván’. Tenemos una obra que se llama ‘La Soledad de los Nadies’ con la que nos presentaremos con una nueva temporada en Bogotá en las primeras dos semanas de diciembre. También tenemos varias invitaciones de distintas ciudades del país y aspiramos a poder ir. Existe la posibilidad de ir a New York a presentar una obra titulada ‘Las peregrinas’. Vengo hace poco de allá de hacer una película. Hay proyectos para cine y televisión, y estoy terminando una nueva serie para el Canal RCN. Afortunadamente hay cosas para hacer, y ahí vamos sacándolas de a poco.  

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