ÁLVARO RODRÍGUEZ, UN
ACTOR QUE NO NECESITA PRESENTACIÓN
Con más de cuarenta años
de carrera en teatro, cine y televisión, este actor es ejemplo de cómo se deben
asumir los personajes y qué se debe buscar con la interpretación, tal como lo
hizo en ‘Comando Élite’ donde interpreta a ‘Martín Sombra’
Álvaro Rodríguez es uno
de esos actores que llegó al nivel en el que puede escoger los proyectos que
desea hacer. Con más de cuarenta años de experiencia en el mundo de la
actuación, nadie duda de su talento y disciplina, y todos lo quisieran tener en
una de sus producciones. Por esa razón, continuamente está alternando entre
teatro, cine y televisión.
Curiosamente para el
público su nombre no tiene mucha recordación, pero sus personajes sí: -el abogado de ‘hasta que la plata nos separe’
era un conchudo. –No olvido su carcajada en ‘La gente de la universal’.–Siempre
lo veía en ‘sabor a limón’. –Su personaje en ‘Fuego Verde’ era muy divertido.
–Lo veo a usted y me llega a la memoria ‘Golpe de estadio’. Comentarios como
esos recibe a diario en la calle, lo que indica que algo han dejado sus
interpretaciones en el espectador.
Ahora recientemente lo
reconocen por su participación en ‘Comando Élite’, la nueva producción del
Canal RCN, en donde encarna a Martín Sombra, el temido ‘carcelero de las Farc’.
“Los personajes son
conflicto, porque los seres humanos somos conflictivos. Todos somos ‘chucha,
caspa y pecueca’, todos somos sensibles a situaciones adversas. Si uno
encuentra a su compañera con otro, o algún otro tipo de situación, uno puede
llegar a niveles de hasta agredir. O sea, un ataque de celos lo puede volver un
homicida. Por eso, no hay que juzgar los personajes, sino buscar sus
motivaciones”, asegura Rodríguez, sobre representar a una persona de la vida
real, al que se le relaciona con más de 300 víctimas mortales.
Es así como este hombre
nacido en Sevilla, Valle del Cauca, afirma que interpretar este personaje le
costó tanto como cualquiera de los que ha hecho, porque en suma lo que busca es
que sus actuaciones sean reales. “Hay personajes que nada tienen que ver con
uno, entonces uno le busca la comba el palo. Hay que lograr que el corazón le
palpite. Entre más facetas tenga el personaje, entre más humano sea, más
complejo es de realizar, más posibilidades de que sea poético que es su
propósito último”.
Con este personaje
Álvaro Rodríguez vuelve a la televisión de la mano de la persona que
curiosamente lo metió en este medio: Jorge Alí Triana. Era la década de los
ochenta; Rodríguez tenía una carrera como actor de teatro en el Grupo de La
Candelaria, con el que había viajado por varios países de todo el mundo. Sin
embargo, la televisión no le interesaba, no porque no quisiera, sino porque no
había aparecido la oportunidad, esa que le dio Jorge Alí para que participara
en la serie cultural ‘Revivamos nuestra historia’.
Treinta años después,
puede decir que ha participado en más de cincuenta producciones de televisión y
en la gran mayoría de películas que se han hecho en el país. Sin embargo,
humildad le sobra, y los nuevos proyectos los asume con la misma disciplina con
los que participó en los primeros. Por esa razón, conocedores del tema lo
catalogan entre los mejores actores del país.
Sobre las razones por
las que se convirtió en ‘Martín Sombra’, de cómo fue encarnarlo, y hasta de las
cosas que lo puso a reflexionar al personaje, cuenta Álvaro Rodríguez en esta
entrevista.
“ANALIZO
BASTANTE LA CONDICIÓN DEL SER HUMANO. ME PREGUNTÓ POR QUÉ EL SER HUMANO ES TAN
DEPREDADOR, PORQUE LLEGAMOS A ESOS NIVELES, EN QUE NOS GUSTE LA GUERRA”.
¿Por qué decide hacer
este personaje?
Jorge Alí y Rodrigo
Triana son un sello de garantía. Hemos trabajado en varios proyectos juntos y
nos conocemos mutuamente muy bien, sabemos lo que cada uno puede dar de sí
mismo. Me llamaron a hacer el casting. Tuve una información mínima, más unas
pautas muy específicas, con lo que Rodrigo y Jorge querían. Les gustó mi
propuesta y a partir de ahí comenzó todo este proceso de creación de los que
están viendo al aire.
Precisamente, ¿cómo fue
la creación de este personaje, Martín Sombra, quien actualmente está en
cárcel?
Partí del texto de
Germán Castro Caicedo (Objetivo Cuatro), pero también de toda la información
que había por internet, las entrevistas, los audios, los videos, busqué al
máximo. También en lo que yo recordaba del contexto histórico, de los tiempos
de los diálogos de paz en esa época, de la selva, del ambiente. Fue muy
interesante porque llegué al punto de preguntarme si era necesario conocer al
verdadero Martín Sombra, ir a la cárcel y pedir una visita. Hablé con Jorge
Alí, y me dijo que no creía que fuera indispensable porque yo ya tenía mucha
información, pero que si lo considerar necesario lo hiciera. Al final decidí no
hacerlo, y basar mi interpretación en lo que investigué y las pautas de
dirección.
Según su investigación y
como quedó finalmente el personaje, ¿cómo describe a Martín Sombra?
Es un campesino, que
tiene la formación guerrillera desde niño, desde los 12 años. Antes, a los 9,
le habían asesinado a la familia. Creció bajo ese contexto y no tiene otra
fuente de información más que esa, sobre cómo es
el país. Es un tipo muy ambiguo. Puede ser gentil y seductor con las
limitaciones de ser en la selva, pero también despiadado y cruel. También a
través de él, se muestra las contradicciones que hay en la guerrilla y los
conflictos que hay dentro de esta, entre los que están a favor del narcotráfico
y los que no.
¿Qué propuso para el
personaje que no se mostrará dentro de la investigación que realizó?
Propuse la parte de los
refranes, los dichos, los adagios populares, que de alguna manera son
expresiones que tienen muchas posibilidades de connotaciones, y son muy del
campo, cómo es él. También la parte
psicológica que uno intuía. Me dejaron jugar con eso. Se indagó mucho, por
todos los lados. Inicialmente yo intenté imitarle la voz. Él la tiene muy
delgada, pero entonces no funcionó porque se veía como chistoso. Entonces
decidimos hacerlo normalmente con sus motivaciones que ya teníamos definidas, y
que es lo más importante.
Varios de sus personajes
se caracterizan por incluir mucho humor. A un personaje de este tipo, ¿intentó
incluirle esta característica?
El humor en nuestra
cultura es muy importante. La mamadera de gallo, el burlarnos de todo, de
nosotros mismo, es muy inherente a nuestra cultura. Así mismo, todo personaje
puede tener humor, la cuestión es eso cómo corresponda eso al universo complejo
que es el personaje, que no sea un añadido gratuito, el chiste por el chiste,
sino que el humor ayude a revelar cómo es el personaje. No sé hasta qué punto
pueda producir hilaridad, pero los refranes la podrían producir. Me han dicho
que el personaje puede producir una risa que da miedo, como que de lo peligroso
que es lo obliga a uno a sonreír.
Como actor, ¿la creación
de un personaje de este tipo es diferente a la de otro?
En todos estos años, lo
que uno se da cuenta es que un personaje es una amalgama de sentimientos
impresionante. Teorías hay múltiples, lo ideal es leer todas las que se puedan,
y adquirir su manera. Normas fijas para hacer un personaje no existen. Si yo
tuviera la receta para hacer los personajes, los haría todos y no me costarían
tanto. Yo no creo que nadie la tenga, y si lo hacen, sospecho. Y si lo muestran
como algo fácil, desconfío. También todo depende del director: uno tiene una
forma de llegar al personaje, pero el director te puede llevar a vivirlos de
una manera distinta.
¿Qué tanto lo pone a
reflexionar un personaje como Martín Sombra?
Analizo bastante la condición
del ser humano. Me preguntó por qué el ser humano es tan depredador, porque
llegamos a esos niveles, en que nos guste la guerra, nos guste aprender a hacer
armas, a utilizarlas para matar por una divergencia o un interés. Me pregunto
por qué llegamos a encerrar a gente en un alambrado, por qué el ser humano
llega unos valores tan bajos. Además, de las razones por las que en Colombia
tendemos hacia eso más que en otros lados. Son muchas preguntas, muchas que no
entiendo y de las que lastimosamente no tengo las respuestas.
Usted ha
tenido la posibilidad de actuar en cine, televisión y teatro, ¿Qué tan distinto
es hacerlo en cada uno de estos lenguajes?
Hay que tener claro que
son tres disciplinas distintas, cada una con sus características propias. El
cine y el teatro son más sintéticos pero más profundos. Allí se cuenta una
historia en una hora y media, en la televisión en varios capítulos. La
actuación que es el común denominador de estos tres lenguajes también varía.
Cambiar de un medio al otro implica dificultades y exigencias, pero es algo
grato de hacer, y creo que como actor se debe experimentar en eso. Por
formación teatral soy muy expresionista, amplio muchos los gestos, miro como
con todo el cuerpo. Eso en televisión, y a veces en el cine, no sé ve bien. La
gente cree que actuar en televisión es más fácil, pero transmitir a través de
una cámara, comportarse para ésta, exige muchísimo. Personalmente me gusta más
el teatro y el cine, sobre todo porque a veces se me hace la televisión muy acelerada.
En especial sucede que a mí me cuesta mucho coger los personajes, me toca
auscultarlos muchos. Pero hay gente que si la logra de una.
¿Qué proyectos tiene a
futuro?
Sigo con mi teatro, con
mi grupo ‘Teatro estudio Alcaraván’. Tenemos una obra que se llama ‘La Soledad
de los Nadies’ con la que nos presentaremos con una nueva temporada en Bogotá
en las primeras dos semanas de diciembre. También tenemos varias invitaciones
de distintas ciudades del país y aspiramos a poder ir. Existe la posibilidad de
ir a New York a presentar una obra titulada ‘Las peregrinas’. Vengo hace poco
de allá de hacer una película. Hay proyectos para cine y televisión, y estoy
terminando una nueva serie para el Canal RCN. Afortunadamente hay cosas para
hacer, y ahí vamos sacándolas de a poco.
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