jueves, 16 de mayo de 2013

GREEICY RENDÓN, ESTRELLA EN ASCENSO


GREEICY RENDÓN, ESTRELLA EN ASCENSO

En Chica Vampiro Greeicy Rendón actúa, canta y baila, talentos que sumados a su innegable belleza, hacen de esta joven una de las artistas con más proyección en el país.


Cuando Greeicy Rendón era niña no soñaba con ser artista, ni siquiera con salir de su natal Cali. Mucho menos se imaginaba, que con tan sólo 20 años protagonizaría una serie de televisión: Chica Vampiro, la nueva producción de Nuestra Tele que se transmite de lunes a viernes a las 6:00 p.m. 

La carrera de esta joven ha sido vertiginosa y ha ascendido increíblemente en los últimos 6 años. Su vida tiene un antes y un después del 2007. Antes, era estudiante del colegio Santa María de Pance, una adolescente que alternaba jugar con sus amigos del barrio El Limonar, con clases en el Conservatorio en el que estuvo por cinco años y aprendió piano, flauta traversa, guitarra y canto.

“La música fue mi primera pasión y mis papás me apoyan en todo lo que me gusta. También en el colegio escogía actuación como una lúdica, y estuve en algunas obras de teatro pequeñas, nada profesional”, cuenta Greeicy, la menor de tres hermanos, y por supuesto, la consentida de sus padres Luis Alberto Rendón y Lucy Ceballos.

En 2006 motivada por su pasión musical, la joven se presentó al Factor Xs, reality de canto para niños. En esta oportunidad sólo llegó al filtro del jurado, pero en 2007 regresó con las mismas ganas, y en esta ocasión logró estar en la fase de presentaciones. Jose Gaviria se convirtió en su mentor y estuvo en ocho galas. Aunque no ganó, ese momento marcó el comienzo de su después.

A raíz de su participación en Factor Xs, la buscaron para que hiciera parte de distintos comerciales y luego la llamaron para hacer casting para la novela infantil ‘Cuando salga el sol’. La caleña asegura entre risas que su audición “fue desastrosa. Yo nunca había visto un libreto y cuando me lo dieron me lo aprendí todo, de arriba a abajo, hasta las acotaciones”. A pesar de esto, el director Jhon Bolívar la escogió para que le diera vida a Carolina, una de las hijas de la protagonista. Así fue como durante ocho meses se radicó en Bogotá y vivió la experiencia de interpretar un personaje para la televisión. Le gustó tanto, que la actuación también se convirtió en otra de sus pasiones.

Luego de una corta estadía en España, donde vivió con sus papás, pero país en el que no se amañó, regresó a Bogotá decidida a dedicar su vida a sus dos pasiones, la música y el canto. Nuevamente en la pantalla aparecieron las primeras oportunidades y participó con papeles cortos en series como ‘La Pola’, ‘Correo de Inocentes’, ‘¿Dónde está Elisa?’, entre otras, hasta que llegó el momento de convertirse en una ‘Chica Vampiro’.         

“Desde que conocí el proyecto me encantó porque podría actuar, cantar y bailar. La di toda, pero sabía que se habían presentado compañeras muy talentosas. Cuando me eligieron fue una sorpresa. Me siento privilegiada con la vida, con Dios, con todo, no por tener un protagónico, sino porque fue un casting difícil y logré este personaje. Muchas personas grandes o niños esperan un papel así”, señala Greeicy.

Durante los 10 meses que duraron las grabaciones de ‘Chica Vampiro’, la caleña ha deslumbrado con su talento a directores, productores y a sus compañeros de elenco. Pero llegó el momento la verdad, el de enfrentarse a los televidentes, a los que también espera cautivar. 

"TENGO UN BUEN PRESENTIMIENTO, SIENTO ALGO BONITO CON LA GENTE, CON LOS NIÑOS, ESPEREMOS QUE TODO SEA COMO LO QUEREMOS".

Daisy al igual que usted, canta baila y actúa, por lo que pareciera que el personaje estuviera escrito para usted ¿Lo sientes así?

Daisy tiene mucho de Greeicy, empezando por la corporalidad, y hasta los nombres que se parecen (risas). En ciertos rasgos de la personalidad también nos parecemos: como Daisy, yo soy un poco loca, hiperactiva, entonces me queda fácil. Pero creo que de pronto los momentos que vivimos son distintos. Aunque soy joven, creo que de los 16 años de Daisy a los 20 que tengo yo, hay ciertos cambios y vivencias que nos diferencian.

¿Cómo le ha ido en esta primera experiencia de interpretar su primer papel de larga duración?

Bien, ha sido fuerte el ritmo de grabaciones, pero estoy muy feliz y es una felicidad que creo que todavía me durará un buen tiempo. Vivo en torno al personaje y me pasan muchas cosas divertidas todo el tiempo. Me ha pasado algo muy raro. Yo escuchaba que había actores que se metían tanto en el personaje que su vida fuera del set era como la de éste, o que se confundían y seguían como personaje. Una vez creo que me pasó, no sé por qué por un breve momento resulté pensando en qué iba a hacer el resto de la eternidad. ¡Creí que como los vampiros era inmortal!  

¿Siente el peso de ser la protagonista de la serie?

Estoy emocionada y nerviosa. Cada personaje en la historia tiene una gran importancia, pero obviamente al llamarse ‘Chica Vampiro’, éste es el personaje que tiene todas las miradas. Lo bueno es que si no les gusta mi personaje, hay muchos otros de los que se pueden enamorar. Pero tengo un buen presentimiento, siento algo bonito con la gente, con los niños, esperemos que todo sea como lo queremos.

¿Qué tanto se divirtió grabando?

Mucho porque prácticamente nunca tienes el mismo personaje. Así sea Daisy siempre, la carga emocional no siempre es la misma, y además le pasan muchas cosas locas. El maquillaje, el vestuario, todo cambia según lo que pasa en la historia, y eso me pareció muy chévere hacer. Marcela Citterio, la creadora, tiene una imaginación increíble. Se le ocurren una cantidad de cosas que uno las lee y digo “¡Dios, de dónde saca tanta historia!”.

¿Qué tan normal o anormal es su personaje?

Es tan normal como todos los jóvenes o adolescentes de su edad. Siente como ellos, tiene sus miedos, sus alegrías, sus tristezas, etc. Pero tiene un factor que la hace anormal y es que es una chica vampiro que vive en un mundo de mortales. Por eso no puede ser como todos y le toca hacer muchas cosas o comportarse de forma extraña para ocultar que no es humano.  

¿Cómo ha sido la relación con los actores de trayectoria?

He tenido el privilegio de estar en proyectos con elencos muy buenos y éste no ha sido la excepción. Compartir con gente que tiene una gran trayectoria te enseña. Escuela no es solamente tomar clases o talleres, sino también extraer lo mejor de los demás, guiarse con sus técnicas. Todos tienen la mejor disposición, me dijeron “aliméntate y toma de cada uno lo que más puedas”; eso hice y se los agradezco mucho.

¿Qué ha aprendido de Toni Navia, la directora de ‘Chica Vampiro’ y una de las gurús de la televisión juvenil?

Al principio se siente miedo de  proponer, y empezando se prefiere que le digan qué hacer. Pero a Toni le encanta que le propongan, y eso me gustó mucho. Le he aprendido a no tener miedo, arriesgarme y proponer. 

Sus compañeros de elenco, directores y productores, hablan muy bien de su trabajo. ¿Qué siente al escuchar estas buenas críticas?

Felicidad. A todo el mundo le gusta que le digan cosas buenas y piropos, pero uno no debe trabajar para eso. Al  ver que la gente está diciendo cosas buenas sobre mí, eso hace que yo me exija más porque nunca me quiero descuidar, relajarme, siempre quiero dar más y sé que lo puedo hacer. Yo estoy empezando, y siempre estoy en pro a aprender, mejorar y exigirme más.

El televidente la ha visto actuando, cantando y ahora también la verá bailar. ¿En su opinión qué tal lo hace?

Amo bailar, y como buena caleña me gusta la salsa. Pero creo que soy, como se dice, de baile de calle o de fiesta. Nada estructurado o de pasos definidos. Pero en ‘Chica Vampiro’ si se necesitaba y creo aprendí rápido. Tuvimos una gran maestra que nos guío y ensayamos mucho. Hemos bailado dance, mambo, flamenco, pop, baladas, de todo, lo disfruté bastante. 

¿Qué le queda de Cali?

Todo. El acento, los amigos, mi familia, la salsa, el sabor de su gente, cada vez que puedo voy. Me gusta Bogotá, menos el frío, porque siempre hay algo para hacer. Es una ciudad muy acelerada y yo también lo soy. Pero la tierra de uno siempre tira y siempre me consideraré caleña. 

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