miércoles, 30 de enero de 2013

MARGARITA ORTEGA Y SU VIAJE A LA ACTUACIÓN

MARGARITA ORTEGA Y SU VIAJE A LA ACTUACIÓN
La actriz caleña Margarita Ortega cuenta sobre su participación en ‘Amo de casa’, en donde le da vida a Mariana, de la que asegura es una mujer totalmente diferente a ella.

Para Margarita Ortega la actuación es “como poder montarse en una nave especial e irse a descubrir nuevos planetas”. Con Mariana, su personaje en ‘Amo de casa’, la actriz afirma que obtuvo un tiquete a ese viaje que tanto busca.

Ya son más de 20 años de carrera profesional en producciones como ‘Rosario Tijeras’, ‘El fantasma del Gran Hotel’, ‘Doña Bella’, entre otras, en las que Ortega con sus personajes ha hecho infinidad de estos viajes. En el caso específico de ‘Amo de casa’, Mariana se le convirtió en un gran reto como actriz porque asegura es alguien totalmente diferente a ella.

Este personaje que ven los televidentes en las pantallas es una mala esposa, una mala madre, individualista, que usa su belleza para su beneficio y que no le importa pasar por encima de lo que sea, con el fin de obtener lo que quiere. En suma, nada más diferente a lo que caracteriza a esta caleña, una mujer que afirma siempre velar por el bienestar de su familia, que asegura ser una buena ama de casa y que con arduo trabajo se ha ganado un espacio en el corazón de los televidentes.

Para la construcción del personaje de ‘Amo de casa’ tuvo en cuenta por supuesto los libretos y las indicaciones del director, que en esta producción fue Ramiro Meneses, su esposo. Intentó trabajar junto a él como con cualquier director, sin que la relación afectiva interfiriera, y dejarse moldear para dar justo con lo que quería. “En el set, él mandaba, pero en la casa yo soy la que mando”, asegura Ortega, quien en esta entrevista habla sobre esta condición de trabajar junto al marido, sobre la creación de este personaje, lo que le gustó, y a cerca de su rol de mamá y de ama de casa.       

CON MARIANA ME TOCÓ APRENDER A CONTONEARME, A PONERME LA FALDA CORTA, USAR ROPA CEÑIDA, TENER LAS UÑAS PINTADAS, A JUGAR CON MI PELO”

En la sola mirada, Mariana es totalmente distinta a usted. ¿Cómo fue la construcción de este personaje?
Fue un reto en todo sentido. Había que encontrar la verdad de Mariana y esa verdad en gran parte estaba en su corporeidad, en su belleza física, en su gusto por la ropa corta y ceñida, una cantidad de elementos que para ella son muy importantes porque son parte de su estrategia de supervivencia, pero que para mi eran muy lejanos porque yo más bien soy como hippie. Me tocó aprender a contonearme, a ponerme la falda corta, usar ropa ceñida, tener las uñas pintadas, a jugar con mi pelo, a llevar cantidad de cosas, y fue algo realmente bello porque trabajando desde esa parte exterior yo también logré encontrar el camino hacia la verdad de Mariana.

¿Mariana estuvo enamorada de su esposo en algún momento?
Sí, debió ser hace muchos años. Lo amó, le parecía interesante y creía que iba a tener futuro, que es lo que la motivó a estar con él. Ella dejó ese amor de lado muy pronto luego de haberse casado y haber descubierto quién era realmente su esposo, que es alguien realmente bello porque es un soñador, pero dentro de los parámetros de Mariana no hay concepción de los sueños. Es una mujer pragmática que va a lo que va para conseguir lo que quiere. Entonces ella muy rápido se desencantó, y en ese desencanto vienen los hijos y quedó atrapada un poco en esta relación.

El personaje no es una buena madre, ni buena esposa, ¿cómo resulta teniendo tres hijos?
Es una cosa que sucede muy a menudo, y es que las mujeres y los hombres son muy irresponsables a la hora de pensar en el tema de los hijos. Generalmente se tienen sin planificación. Aunque los tiempos han cambiado y son más las personas responsables, Mariana hace parte del grupo que no planificó. Mariana se enamoró de Francisco  tuvo la primera hija, y pensó ‘que maravilla, no estoy tan enamorada pero hay una familia’, y no se atrevió a dejarla sola. Siguió sin cuidarse y vino el segundo hijo, y el tercero que como su nombre ‘Sorpresa’, fue una.

Dentro de este personaje que es un poco oscuro, ¿qué fue lo que más le gustó?
La energía que me inyectaba porque es una mujer impulsiva, que no tiene tiempo para pensar, para reflexionar. Tiene una imposibilidad para detenerse. Por el contrario yo voy con un andar mucho más pausado. Esa inyección de energía siempre la agradecí hasta el último día de grabación, porque te transforma a todo nivel.

¿Quién es el polo a tierra de Mariana?
Si hay uno y es el que casi a todos los seres humanos nos termina de ubicar, que son los hijos. Ella se demora en reconocerlo por su egoísmo, por lo irracional que llega a ser por esa codicia que ha elegido para su vida. Pareciera que  sus hijos no le duelen, pero en algún momento de la novela le hacen sentir su peso y evidentemente ella, no es que haga una reflexión muy profunda de la vida, pero digamos que eso la hace replantearse muchas cosas. De hecho, ella no sabe tener esa relación con sus hijos y expresarle sus sentimientos, pero es gracias a ellos que ella no se ha separado de Francisco. No debería ser así, pero para una persona como ella en la que nada tiene peso, esto si significa bastante.

Al igual que Mariana, ¿sus hijos son su polo a tierra?
Si, son mi vida sin lugar a dudas. Están muy grandes, Emiliano ya está a un año de graduarse del colegio y Melibea está enorme y comenzando la primaria. Están en dos etapas de la vida muy distintas y agradezco mucho tener esta brecha de tiempo entre los dos. Todos los días con ellos es un continuo aprendizaje


¿Cómo es ser ama de casa y actriz al tiempo?
Siento que mi profesión tiene ciertas peculiaridades que no las tienen las otras profesiones, como por ejemplo no tener horario, pero siento que esos tiempos las otras mujeres también los ocupan en otras cosas. Entonces creo que hago una vida como cualquier otra profesional, y salgo de mi casa a trabajar con unas condiciones específicas, pero tengo las mismas obligaciones de las mujeres que trabajan. Tengo que sacar tiempo para estar con mis hijos como sea, ayudarlos a hacer las tareas, estar pendiente del mercado, acompañarlos al médico. Hay que sacar tiempo de donde no hay, y eso lo hacemos todas las mujeres y hombres que somos profesionales y amas o amos de casa. Son dos roles que no deben reñir.

Con el Director, Ramiro Meneses, ¿cómo pudieron separar la relación afectiva de la relación laboral?
Hay una cosa que Ramiro y yo tenemos claro en la vida y es que en nuestra vida profesional es aparte y somos súper respetuosos con ese tema estemos trabajando juntos o no. En set él era el director y yo la actriz, así de sencillo. Cada uno asumía su rol desde esta perspectiva. Nunca hubo un desencuentro por eso. En el set si el señor director dice que tengo que tirarme por ahí, yo me tengo que tirar por ahí, si hay argumentos por supuesto, como pasa con todos los directores. Pero yo en el set soy plastilina para que puedan crear conmigo y yo tengo que ser lo suficientemente dúctil para poder trabajar dentro de ese esquema. Luego en la casa, no se habla de temas laborales.

Trabajando los dos en el medio, ¿tienen proyectos audiovisuales con Ramiro Meneses?
Pensamos en mil proyectos juntos, casi que todas las noches. Siempre hablamos de algo para hacer, desde una obra teatro hasta tener una banda de rock. Tenemos varias cosas. Ojalá concretemos porque el problema son los horarios, pero nos encanta soñar juntos y esa es parte de la recompensa de poder estar juntos en comunión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario